5 claves para mantener el talento en tu empresa

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Cada problema o dificultad en el negocio significa una nueva oportunidad para reflexionar, aprender y mejorar. Y la renuncia de un empleado es un buen ejemplo de eso, sobre todo en lo que tiene que ver con nuestras habilidades de liderazgo o el desempeño del área de Recursos Humanos.

La pérdida de un miembro del equipo no es algo que deberías tomar a la ligera. En primer lugar, porque tiene un impacto negativo en los números del negocio: según un estudio del Center for American Progress, la pérdida promedio por la renuncia voluntaria de un empleado representa el 20% de su salario anual. Esto incluye lo invertido por la empresa durante el proceso de inducción y entrenamiento de un nuevo empleado, o el costo de pagar un mejor salario para atraerlo. Por supuesto, también hay que tener en cuenta los meses de productividad que se perderán mientras se busca a la persona que ocupará el cargo vacante.

Por eso, en cualquier compañía , no importa cuál sea su tamaño, la salida de un colaborador no debe ser ignorada. Y estas son las lecciones que deberías tener en cuenta.

1. El proceso de selección de tu negocio podría no ser el adecuado

Para obtener información importante, es necesario que apliques una entrevista de salida. ¿Qué fue lo que llevó a esa persona a renunciar? ¿Quizá no se le transmitió de la manera adecuada cuál iba a ser su función y responsabilidades? ¿O se le prometieron prestaciones que al final no estaban al alcance de la empresa? Aprovecha estas respuestas para hacerlo mejor la próxima vez.

2. El talento cuesta

Perder un empleado, sobre todo cuando se trata de alguien que ha dado buenos resultados, significa también la pérdida de ingresos y de nuevas oportunidades de crecimiento en el corto y mediano plazo. Y representa una señal de alarma para el área de Recursos Humanos, que quizá no está aplicando una política adecuada para la retención de los colaboradores más valiosos, por ejemplo a través de un sistema de bonos o de un plan de carrera adecuado.

3. No todo es el dinero

Las personas ya no trabajan solo por recibir su quincena: también quieren darle sentido a lo que hacen, a través de una misión y de pruebas concretas de que su labor diaria impacta en la vida de otras personas. Entonces, ¿tienes clara cuál son la misión y visión de la empresa? ¿Son capaces de despertar entusiasmo entre el personal? ¿De qué manera han sido transmitidas? ¿Hay congruencia entre los valores del negocio y la conducta de los jefes?

4. El clima laboral es parte del salario

Relacionado con el punto anterior, hay que tener en cuenta la gran cantidad de horas que una persona le dedica a su empresa. Y si se siente incómoda, maltratada, o tiene que desempeñarse en un ambiente contaminado por los rumores y los chismes, va a ser más difícil que se sienta motivada y pueda enfocarse en su principal objetivo: dar lo mejor de sí misma todos los días, para que la empresa pueda crecer y generar riqueza para todos.

5. Los empresarios más exitosos son grandes líderes

Muchos empresarios Pyme creen que no deberían dedicar mucho tiempo a los Recursos Humanos, porque se trata de un área administrativa, encargada del pago de la nómina y no mucho más. Pero nada podría estar más alejado de la realidad: estar al frente de una gran empresa significa también estar cerca de los empleados, entender sus necesidades, motivarlos y hacerlos parte de la historia de crecimiento de la compañía.

Fuente Mi Propio Jefe


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