El Buen Fin se llevará a cabo en nuestro país del 16 al 19 de noviembre.
No, no es el inicio de una historia de terror en la que el SAT quiera la vida de los contribuyentes, más bien es una iniciativa que implementó desde el Buen Fin del 2011.
Como seguramente ya sabes, durante el Buen Fin (un fin de semana del mes de noviembre) los comercios mexicanos promueven sus productos con una serie de descuentos y promociones. Y si, la Secretaría de Administración Tributaria ha participado en él implementando una lotería fiscal con un monto total de premios de 250 millones de pesos, el cual se duplicó a partir del 2014, a 500 millones de pesos en premios.
La edición de este año, que se celebrará del 16 al 19 de noviembre, no será la excepción. La bolsa de premios de este año también será de 500 millones de pesos.
¿Cómo funciona la lotería fiscal?
El SAT elegirá de manera aleatoria de entre quienes hayan comprado en alguno de los comercios participantes utilizando un medio de pago electrónico, como una tarjeta de débito o crédito.
Los ganadores recibirán los reembolsos de sus compras siempre que éstas sean de entre 250 y 10 mil pesos, se realicen por los medios de pago aludidos y la compra se haya hecho en alguno de los establecimientos participantes.
Las empresas también ganan
En la participación del SAT son instrumentales las participaciones de los negocios y de las instituciones financieras, por lo que también son beneficiadas con el estímulo fiscal que da pie al sorteo. Las entidades financieras podrán acreditar el monto de los premios otorgados para disminuir su impuesto sobre la renta (ISR). Por su parte, los comercios igualmente recibirán el monto equivalente a la compra realizada. Además, cabe decir que en el decreto que regula el concurso, se menciona que el dinero que reciban las empresas no será considerado como parte de los ingresos acumulables, por lo que no son gravables de ISR.
También los estados ganan
La derrama económica no termina ahí; algunos estados tienen un impuesto a los premios, que cobra una tasa del 6% sobre los premios obtenidos. Este impuesto, dice el decreto, será cubierto por el gobierno federal, por lo que los beneficiados no tendrán que pagar directamente de su bolsa.
Así que ni hablar ¡Qué comience el juego!
Fuente El contribuyente