¿Qué es Dolby Vision? ¿Vale la pena?

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Dolby Vision: llevando la HDR hasta el límite

Es la particular interpretación que los estadounidense Dolby Laboratories han hecho de la HDR, una tecnología quizá todavía no suficientemente explicada al gran público pero de la que se puede decir que, a efectos de nuestro sistema de percepción de imágenes, tendrá unos efectos incluso superiores que los aportados por el paso de la “Full HD” a la UHD/4K. Hablamos de una tecnología ya probada en el ámbito del cine profesional y que poco a poco va siendo adoptada tanto por cadenas de televisión –la mayoría de pago- como fabricantes de hardware audiovisual –entre ellos Marantz- como consecuencia de su enorme potencial en parámetros tan relevantes como la luminosidad, la colorimetría y la reproducción de microcontrastes dinámicos.

Aprovechar plenamente el potencial del ojo humano

Es muy importante tener claro que la clave “conceptual” del Dolby Vision es la HDR (“Alta Gama Dinámica”/”Alto Rango Dinámico”), cuya principal característica es que permite visualizar imágenes con diferencias de luminosidad más detalladas entre la parte más oscura y la parte más clara de las mismas que lo que es posible obtener con los dispositivos de visualización –en principio televisores- convencionales, es decir con Gama Dinámica Estándar (SDR). Y puesto que el ojo humano es extremadamente sensible a las variaciones de intensidad luminosa, el resultado es inmediatamente perceptible: un contraste superior para una imagen dada, una mayor gradación en la escala de luminosidad (y por tanto en los colores) y más detalles visibles tanto en las partes más luminosas como en las más oscuras de dicha imagen. Pero todo tiene un precio, que en este caso es la necesidad imperativa de que la totalidad de los aparatos empleados en la captación (cámaras), postproducción (montaje, efectos digitales) y difusión (creadores de contenidos, televisores, videoproyectores) de esas imágenes “superiores” sean compatibles. Al respecto es interesante saber que inicialmente fueron las características de los tubos de rayos catódicos (CRT), con sus obvias limitaciones, el patrón utilizado para definir la calidad de imagen de la televisión en color. Esto significa que tanto la resolución como la gama dinámica, la paleta cromática (“gamut”) e incluso la frecuencia de visualización de las imágenes de vídeo filmadas y retransmitidas estaban íntimamente ligadas a esta tecnología hoy obsoleta.

Como todos sabemos, la llegada de la alta definición (primero HD 720p y luego HD 1080p, esta última conocida como “Full HD”) permitió incrementar la resolución de las imágenes hasta una definición de 1.920×1.080 píxeles y mejorar la colorimetría (la antes citada paleta de colores) con la adopción del espacio de color Rec.709 (que utiliza codificación de 8 bits, es decir 256 valores, y que cubre alrededor del 35% del espectro visible por el ojo humano), abriendo a su vez las puertas a las conocidas tecnologías “Deep Color” y “x.v.Colour” implantadas en la práctica totalidad de televisores de alta definición. La llegada de la Definición Ultra-Alta (UHD o 4K, conceptos que estriuctamente hablando no son idénticos) permitió ir todavía más lejos al multiplicar por cuatro la resolución de las imágenes (3.840×2.160 píxeles en el caso concreto de la UHD) y adoptar un espacio de color más extendido (Rec.2020, codificación de 10 bits, léase 1.024 valores) a fin de cubrir el 75% del espectro visible por el ojo humano. Pero para ello era necesario franquear el límite de 100 candelas/m2  o nits que caracteriza el pico de luminosidad de las imágenes visualizadas por un televisor, vinculada durante todos estos años a los límites físicos de los tubos de rayos catódicos, mientras que el ojo humano es capaz de adaptarse a niveles de luminosidad que van de 0’0001 a más de 10.000 candelas/m2. Pues bien: tal objetivo se logró con la UHD y la norma SMTPE ST2084 EO TF, que define una una gama dinámica más extendida para los televisores Ultra HD Premium (compatibles HDR 10) basándose en la sensibilidad real del ojo humano al contraste y permitiendo un rango de luminancia de grandes dimensiones comprendido entre 0 y 10.000 candelas/m2 con el uso de un mínimo de 10 bits para la cuantificación de la señal de luminancia.

 

Dolby Vision: forzando los límites de la HDR

Parecía lógico que el dominio apabullante de este especialista de renombre que son los estadounidenses Dolby Laboratories en el campo del procesado de señales multicanal –DTS hace lo que puede pese a las innegables prestaciones de sus propuestas- tanto a nivel profesional (producción, salas de cine) como de gran consumo (Dolby Surround, Dolby Digital, Dolby TrueHD, Dolby Atmos) intentaran un día u otro expandirse al ámbito del vídeo. Y, en eecto, así fue, como lo demuestran los espectaculares resultados que se pueden disfrutar en las salas de cine Dolby Cinema, cuyas especiales características –y precio- hacen que su número sea por el momento limitadísimo en todo el mundo (sólo una en nuestro país, ubicada en Barcelona).

¿Pero cuál es la motivación que hay detrás del Dolby Vision? Según Dolby, hay tres maneras de mejorar la experiencia visual de un juego, una película o un programa de televisión. La primera sería un aumento del número de píxeles (4K, 8K) que ya encontramos en los televisores UHD o los videoproyectores 4K (4.096×2.160p). La segunda sería proponer un número de imágenes por segundo más elevado (“High Frame Rate” o HFR), que es lo que hizo el cineasta Peter Jackson con la primera película de la trilogía de los Hobbit (48 imágenes por segundo en vez de las 24 habituales; en principio, la esperada Avatar 2 se habrá filmado con 60 imágenes por segundo). La tercera opción de mejora sería incrementar las “prestaciones” de los píxeles, es decir lograr que los mismos sean capaces de restituir una gama dinámica luminosa mayor y un espacio de color más grande: pues bien, es justo aquí donde interviene el Dolby Vision. La “pregunta del millón” sería la siguiente: ¿qué gama dinámica se necesita para una película? Los ingeniros de Dolby buscaron la respuesta en los espectadores. Después de numerosas pruebas, llegaron a la conclusión de que un sistema capaz de reproducir un rango de intensidades luminosas que abarcara desde 0 hasta 10.000 nits satisfacía al 90% de los sujetos participantes. Y esto es exactamente lo que permite el Dolby Vision, que a efectos prácticos ofrece imágenes muy luminosas, una relación de contraste mucho más alta y unos colores más ricos.

 

¿Qué diferencias hay entre la HDR 10 y el Dolby Vision?

De entrada, hay que saber que el HDR 10 es un estándar basado en una plataforma abierta y que ha sido bautizado con dicho nombre porque utiliza una escala de cuantificación de colores de 10 bits. Cada uno de los fabricantes de televisores que la utilizan puede implementarlo como le plazca (algunos lo llaman HDR 1000) y es importante saber que es la norma adoptada por UHD Alliance tanto para otorgar la calificación Ultra HD Premium como para la calibración de películas comercializadas sobre soporte Blu-ray Disc (4K, por supuesto).

Por el contrario, el Dolby Vision es un estándar HDR “privado” –lo que significa que hay que pagar para poder utilizarlo… igual que el Dolby Atmos, por ejemplo- que va todavía más lejos al proponer una cuantificación de 12 bits y, sobre todo, una cadena de procedimientos absolutamente coherente con un control riguroso desde la calibración del registro master en la etapa de postproducción hasta el visionado, únca forma de garantizar que la imagen visionada por el espectador final se ajuste con exactitud a la creada por el realizador.

¿Es posible disfrutar ya las promesas del Dolby Vision?

Como siempre, los fabricantes de hardware van por delante de los de software, es decir de los creadores de contenidos. Como hemos apuntado, las posibilidades del sistema desarrollado por Dolby son sencillamente apabullantes pero requieren que toda la cadena de producción-reproducción mantenga una coherencia absoluta. Necesitaremos, pues, televisores, videoproyectores, reproductores de Blu-ray Disc 4K y electrónicas audiovisuales (los nuevos receptores de A/V de Marantz contemplan la adición de una mejora de firmware para ello) compatibles/homologados Dolby Vision. Y, por supuesto, contenidos, estos últimos disponibles vía BD 4K (aunque en principio “sólo” HDR), servicios de vídeo online como Amazon o Netflix y alguna que otra emisión de TV en abierto (por el momento de carácter más experimental que otra cosa). Llegados a este punto, nos preguntamos si vale la pena apostar por el Dolby Vision y la respuesta es afirmativa por cuando dicho sistema supera técnicamente al estándar HDR más potente y por lo tanto la retrocompatibilidad está más que asegurada.

Fuente de sarte-audio.com

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